De 0 a 1.000 millones. La historia de cómo lo hicimos.

Recuerdo aquel 7 de septiembre de 2011. Justo 3 meses antes, mi cofundador Toni Rami y yo habíamos constituido Kantox Limited en el Reino Unido. Todavía esperábamos la aprobación de la Financial Services Authority (ahora Financial Conduct Authority) para poder empezar a hacer transacciones, pero no queríamos esperar más para conseguir clientes.De modo que empezamos a movernos hasta que el equipo de tesorería de Mango, la importante firma de moda española, accedió a reunirse con nosotros.Les transmitimos nuestra visión y lo que queríamos hacer en Kantox —aportar justicia y transparencia al mercado de divisas—. También aprendimos mucho de su manera de trabajar.Recuerdo especialmente una de las primeras preguntas que le hice al jefe de tesorería: “¿Cuál es el volumen anual de Mango?”“1.100 millones de dólares”, respondió.En ese mismo instante, me di cuenta de que no íbamos a ser capaces de convencerles para que trabajasen con Kantox. 1.100 millones de dólares es muchísimo dinero. Ningún director financiero en su sano juicio confiaría una cantidad tan grande a una startup que justo acababa de empezar.De inmediato, lo vi claro: teníamos que empezar con clientes más pequeños, darles un servicio excelente y ganarnos su confianza..[caption id="attachment_2501" align="aligncenter" width="500"]

El equipo celebrando en 2013 los cien millones de dólares intercambiados[/caption]Y pensé, cuanto más crezcamos, mejor será nuestro servicio, y cuantos más clientes tengamos, más empresas confiarán en nosotros y querrán utilizar nuestros servicios.Hoy en Kantox, poco más de 4 años después, estamos orgullosos y muy ilusionados de poder decir que hemos conseguido intercambiar más de 1.000 millones de dólares. Lo que parecía una cifra imposible, hoy es una realidad.Ahora tenemos más de 1.000 clientes en 20 países diferentes. Algunos de ellos son empresas pequeñas. Otras cotizan en bolsa. Pero todas ellas tienen algo en común: nos apoyan y comparten nuestro ideal: arrojar transparencia, eficiencia y justicia al sector financiero.Este es el objetivo que nos impulsa en Kantox: invertir el modelo tradicional de negocio del sector, poniendo a nuestros clientes en primer lugar y a los beneficios en un distante segundo plano.Este cambio, liderado por las tecnologías financieras, es inevitable y tendrá un profundo impacto en el sector financiero mundial, así como en la economía. En Kantox, aspiramos día a día a impulsar este cambio.Haber llegado a los 1.000 millones de dólares son muy buenas noticias, pero tenemos más e incluso mejores noticias. Los últimos 100 millones los conseguimos en menos de 4 semanas durante el mes de diciembre de 2014.Vamos camino de intercambiar otros 1.000 millones en sólo unos meses, ya que nuestro crecimiento se está acelerando, impulsado por cientos de clientes potenciales que se registran cada mes para probar nuestra plataforma.

Nuestra misión

Sí, estoy muy orgulloso de que hayamos alcanzado los 1.000 millones de dólares. Pero los millones no son lo que me motiva. No es lo que motiva a ninguna de las más de 50 personas de nuestro equipo, profesionales con talento venidos de toda Europa y más allá.Eso no es lo que define a Kantox.Ni lo que define a las fintech.Lo que define a las fintech es su misión.La misión de arrojar transparencia, eficiencia y justicia al sector financiero y, en última instancia, a la sociedad en su conjunto.Cuando fundamos Kantox en 2011, el concepto de “fintech” era prácticamente inexistente. Era un término del que casi nadie había oído hablar. Los inversores tenían poco interés en las fintech, pero encontramos a algunos business angels que se atrevieron a aceptar la descabellada idea de apostar por nosotros.Algunos inversores del sector tecnológico nos prestaron ayuda de un valor incalculable, en particular SeedRocket, grupo inversor en startups. También nos echaron una mano algunos miembros de HSBC y de BNP, lo que nos sorprendió, teniendo en cuenta que trabajaban en el sector financiero tradicional. Dos de nuestros antiguos jefes de Deloitte también invirtieron en nuestra empresa.Por aquel entonces, la gente (en especial las empresas), era reacia a trabajar con empresas fintech. Jamás habían utilizado un servicio financiero alternativo. Sólo conocían los tradicionales bancos y brókeres.Era natural estar preocupado por ser uno de los primeros en utilizar nuestro servicio.Tuvimos que iniciar un auténtico proceso de evangelización para convencer a los primeros clientes, coger impulso para después crecer y consolidar el negocio. La fundación INLEA nos ayudó mucho y se convirtió en nuestro primer cliente.No hay duda de que los escándalos recurrentes en el sector de la banca ocurridos en los últimos años, (en especial, el escándalo de las divisas y el fraude del Libor), la falta de enfoque en el cliente y su avaricia han contribuido al crecimiento del sector fintech.

Convicción, determinación y coraje puro y duro

Estos últimos 4 años han sido una increíble carrera hacia la consecución de nuestro objetivo de intercambiar 1.000 millones de dólares. A veces parecía estar muy lejos, pero nunca hemos dejado de creer que podíamos conseguirlo.[caption id="attachment_2500" align="aligncenter" width="650"]

Nuestra primera oficina comparada con la actual oficina de Barcelona.[/caption]En dos años, tras dejar nuestros puestos de trabajo e invertir todos nuestros ahorros en Kantox, pasamos a cerrar una ronda de financiación de serie A por valor de 6,4 millones de euros.De trabajar duro durante largas horas en nuestra primera oficina, un espacio pequeño en una callejuela, que era lo único que podíamos permitirnos en aquel momento, a instalarnos en la imponente torre Mapfre, con vistas al Mediterráneo.[caption id="attachment_2502" align="aligncenter" width="457"]

Momento "revival": una de nuestras primeras fotos de los tres fundadores juntos[/caption]De empezar siendo solamente tres —yo, Antonio Rami, nuestro ahora Director de Operaciones, y John Carbajal, ahora Director de Tecnología—, hasta formar un equipo de 50 profesionales cualificados y dedicados.Intercambiar 1.000 millones no es sólo una victoria para Kantox, sino para todas las fintech, para las pequeñas y medianas empresas y para todos aquellos que conciben el sector financiero como un sector justo que pone a los clientes por encima de todo.Al fin y al cabo, si los clientes no reciben el trato que se merecen, estarán más abiertos a soluciones alternativas, y, a largo plazo, acudirán a ellas.Esos 1.000 millones de dólares que hemos intercambiado, son 1.000 millones que han dejado de pasar por la banca. Y, durante el proceso, hemos ayudado a más de 1.000 empresas a ahorrar miles de euros.Lo que empezó como una presentación de un minuto en el Startup Weekend Barcelona 2010, gracias a su fundador Frank Nouyrigat, es ahora una empresa en rápido crecimiento, que en 2014 creció un 250%. Y esto no ha hecho más que empezar.¡Sigamos creciendo juntos!

P.D.: Mango sigue sin ser cliente de Kantox, pero creo que nuestra propuesta de valor y nuestra estrategia son fuertes, y tenemos un futuro brillante por delante. Tarde o temprano, nos encontraremos otra vez y esperamos que, entonces, podamos darles la bienvenida a la familia Kantox.